La alta dirección es una de las figuras más importantes dentro de las organizaciones, sobre todo cuando se cuenta con un sistema de gestión implementado, que esté basado en alguna norma emitida por la Organización Internacional de Normalización.
Por ello, ISO estableció un numeral dentro de sus estándares que habla de sus funciones y responsabilidades, tales como la de su participación en la planificación, implementación y mejora del sistema de gestión. La alta dirección es quien dará la base para que la planificación estratégica se logre con la implementación del sistema de gestión, tomándolo como herramienta para su control y seguimiento de su avance.
La alta dirección es la principal figura de liderazgo dentro de una organización, el cual transfiere delegando y estableciendo roles y responsabilidades dentro de cada uno de los procesos que la conforman, declarando la línea a seguir para el cumplimiento de los objetivos y la o las políticas organizacionales.
Otra de las razones por la que es importante es porque promueve las buenas relaciones entre los colaboradores y la organización, generando un canal de comunicación e interacción bidireccional. Al ser la principal figura de liderazgo también es responsable de fomentar la concientización sobre la ejecución de los procesos con forme a lo planificado y garantizando el cumplimiento de los controles establecidos para el buen funcionamiento de los procesos.
Tomando en cuenta lo antes mencionado podemos decir que la alta dirección es quien posee autoridad, recursos y poder de decisión sobre los cambios en la empresa. Además de liderazgo, debe demostrar también compromiso con relación al sistema de gestión, con su experiencia y conocimiento del negocio puede establecer una visión a futuro para el negocio y sus partes interesadas, esto a partir de un análisis de peligros, riesgos, aspectos y oportunidades de manera que permite cuantificarlos de manera adecuada y tomar las acciones pertinentes para controlarlos generando una estructura de prevención y porque no, de predicción en la organización guiándola a un futuro satisfactorio y próspero.
Por ello en la actualidad la alta dirección tiene un gran número de competencias a cubrir dentro de las cuales podemos destacar:
Liderazgo: Debe inspirar a los demás colaboradores y promover el trabajo en equipo.
Motivación: Debe motivar a los demás colaboradores y a sí mismos para lograr mayor productividad
Empatía: Debe ser empática con sus colaboradores para que los motiven y los mantengan satisfechos.
Responsabilidad: Debe impulsar una cultura de responsabilidad hacia las tareas internas y la productividad de la organización, pero también hacia el entorno.
Resolución de problemas: Debe estar preparada para resolver problemas y superar retos.
Comunicación: Debe establecer sistemas de comunicación eficientes con sus colaboradores, comunicarse de forma clara, persuasiva y precisa, especialmente de forma oral. No solo para motivar, sino para conocer las opiniones y el sentir de sus colaboradores.
Gestión del cambio: Debe estar en constante mejora e innovación para alcanzar mejores resultados.
Toma de decisiones: Deben estar preparados para tomar decisiones en momentos difíciles, en situaciones de conflictos.
De ahí su gran importancia dentro de una organización y su contribución al desarrollo de esta.