A pesar de que conocimientos y experiencias ayudan al desempeño de una profesión, las diferencias en la personalidad de cada individuo influyen en el comportamiento y rendimiento de su trabajo, incluyendo en el entorno de este.
La personalidad depende del entorno familiar, social, experiencias, etc., y se puede identificar mediante distintos métodos de evaluación, los cuales varían sus enfoques y clasifican los rasgos de personalidad en distintos tipos, dejando a recursos humanos como filtro para su apreciación.
Algunos estudios categorizan las personalidades de la siguiente forma:
1.- Introvertidos y extrovertidos
2.-Racionales y emocionales
3.- Sensoriales e intuitivos
4.- Calificadores y perceptivos
Mientras que, para otras corrientes, los estilos varían en:
1.- Dominante
2.- Influyente
3.- Estable
4.- Concienzudo
Diversos estudios, incluyendo el de la empresa Truity Psychometrics LLC, establecen una relación directa entre personalidad y desempeño laboral, por lo que conocer la personalidad de cada colaborador, así sea a grandes rasgos, ayuda a identificar en qué ámbitos se es bueno, proyectando a las personas a determinadas áreas, proyectos o sectores.
La empresa debe determinar cómo lograr que el trabajo sea estimulante para el empleado de acuerdo con su perfil y el trabajador, por su parte, debe de fomentar la gestión y regulación de sus rasgos de personalidad a través del autoconocimiento y reflexión.