Durante los últimos años se ha hecho un gran esfuerzo por generar consciencia respecto a la salud y enfermedades mentales y como estás impactan en la vida diaria, incluyendo las relaciones personales y laborales.
La OMS describe la salud mental como “… un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad (OMS 2001ª.P.1).
En relación con esto, podemos decir que la salud mental impacta directamente en los lugares de trabajo, ya que se estima que una de cada cinco personas puede padecer un problema de salud mental. A su vez, el estrés en el trabajo puede generar cansancio emocional, actitudes negativas o depresión; causando ausentismo, perdida de productividad y falta de motivación.
Una de las acciones a tomar en consideración es modificar los factores de riesgo del estrés en el trabajo, ser perceptivo y flexible a las necesidades de los empleados.
Es por esto que ISO ha publicado el estándar ISO 45003, Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo – Salud y Seguridad Psicológicas en el trabajo – Directrices para la gestión de riesgos psicosociales, la primera norma mundial que aborda la salud psicológica de un trabajador y las áreas que pueden afectarla, incluidas la comunicación ineficaz, la presión excesiva, el liderazgo deficiente y la cultura organizacional.
La salud mental es de suma importancia, ya que afecta la forma de pensar, sentir y actuar de las personas, por lo tanto, las organizaciones deberán crear políticas y programas que apoyen la salud de sus empleados, no solo para mantener la productividad en sus procesos, sino para crear un mejor ambiente de trabajo que fomente un lugar seguro y saludable para los individuos.